Sáb. Oct 5th, 2024

Javier Saldaña Almazán

José Martí acuñó la frase célebre “Honrar, honra”, que hoy utilizo en memoria de Rosalío Wences Reza para analizar su actuación y legado, a propósito de la celebración de su natalicio en el preámbulo del 50 Aniversario de la “Universidad Pueblo” que celebraremos los universitarios en el próximo año.


“Honrar, honra”, tiene un significado especial en el caso de Rosalío Wences Reza ya que no sólo fue un líder que en su carácter de rector de nuestra Alma Mater afrontó de manera airosa desafíos para mantener el proyecto de “Universidad Pueblo”, el cual con sus matices y en otras circunstancias está presente actualmente y que en nuestra Alma Mater se revaloran, en particular tres estrategias:


La primera, se tiene en el contexto de su postulación como candidato a rector en 1984 cuando señaló:
“Es preciso transformar la Universidad Autónoma de Guerrero, para que no sucumba como Universidad Democrática”…“La UAG ha vivido en el pasado momentos difíciles, pero hoy enfrenta el reto más grave de su existencia como Universidad Democrática”.


Ante lo cual señaló que la dimensión de este reto exige: “La más férrea voluntad para lograr la más amplia unidad de acción de todos los universitarios”; y “El compromiso más decidido de transformar a fondo todo lo que hemos hecho desde 1972 a la fecha, con el fin de fortalecer y de reencauzar nuestra Universidad Democrática”.


La segunda, se tiene en el contexto del XX Aniversario de la instauración de la “Universidad Pueblo”, al respecto un señalamiento de relevancia en el presente es el que: “A través de su existencia, de los aciertos y de los errores, la UAG ha ido conformando una filosofía institucional que dista de ser un todo acabada, libre de contradicciones; pero que hemos ido construyendo, inspirándonos en la herencia histórica de las universidades y en nuestra propia trayectoria”.
La tercera, en 1994 señaló que la Universidad Democrática requería de su reforma que pusiera en el centro, entre otros aspectos, los siguientes:


“El pleno ejercicio de la autonomía universitaria… Una enseñanza formativa, creativa y humanística… El derecho de los guerrerenses a la educación media superior y superior pública y gratuita…Del fiel cumplimiento de las tareas …para lograr la eficiencia académica y administrativa…De la búsqueda de acuerdos y consensos para enfrentar los retos de la UAG”.


Son estas lecciones magistrales que estuvieron presentes en 2013 cuando se impulsó la “Universidad de Calidad con Inclusión Social”, que partió de la premisa de recuperar las lecciones y aprendizajes de la “Universidad Pueblo”, tal como lo constatan, entre otros, los siguientes logros:


En 1973 se crearon en Acapulco y Chilpancingo laboratorios de análisis clínicos, en la actualidad estos laboratorios fueron un elemento crucial en la mitigación y prevención de la crisis sanitaria del Covid-19 en alianza estratégica con el gobierno; En 1973 se creó la primera casa del estudiante, en el presente se tienen 110 casas del estudiante;
A principios de los años setenta del siglo pasado, la población escolar no superaba los 3,500 estudiantes, en el presente se atiende una población escolar del orden de los 90,000 estudiantes, de los cuales el 50 por ciento recibe una beca de apoyo.


En la década de los setenta y hasta principios del presente siglo, la Universidad no se distinguía por sus avances académicos en el concierto de las universidades públicas mexicanas. Hoy es reconocida como una de las mejores.
En suma, la “Universidad de Calidad con Inclusión Social” se empeñó, siguiendo los lineamientos de Rosalío Wences Reza con motivo de su informe en 1985: dar la batalla sin cuartel en contra de las brechas de calidad académica que nos ubicaban en los últimos lugares de las universidades públicas mexicanas.


En el presente, la Universidad vive un punto de inflexión en el escenario de la implementación de la Ley General de Educación Superior y de la nueva normalidad que obligan a reimaginar a la Institución, concibiéndola como la “UAGro, un bien común de Guerrero”, que para lograrlo ponga en el centro principios que nos legó Rosalío Wences Reza, a saber:


1.- Salvaguardar la autonomía;
2.- Fortalecer y consolidar la Universidad; y
3.- Construir colectivamente la “Universidad, un bien común de Guerrero”.


Qué mejor manera que lo logremos los universitarios que con la instancia que él inició, el “Congreso General Universitario”, que pongo a la consideración de las autoridades la propuesta de lema “No hagamos tabla rasa del pasado, reimaginemos nuestra universidad” en memoria del doctor Wences Reza.


Así mismo pongo a la consideración de las autoridades de la UAGro la creación del “Centro de Estudios sobre la Universidad Rosalio Wences Reza”.


Qué mejor manera de honrar a un universitario, con un legado vigente, que reconocer al ser humano que por la Universidad y para la Universidad, le restó tiempo a sus seres queridos, en especial a sus hijos Mariana, Isabel, Reynaldo y Ernesto(+), a los que les envío un abrazo fraterno, expresándoles que reconozco que la Universidad Autónoma de Guerrero es hoy lo que su padre impulsó.  

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